30 noviembre 2013

Fallecimiento de Carlos Morís Buznego

Creo que a todos nos ha pasado en algún momento, nuestro estado de ánimo baja sin saber por qué hoy me ha tocado a mí, aunque en este caso sí que existe un motivo que lo justifica. 
Ayer sobre las 21 horas me entero del fallecimiento de Carlos, sabía que estaba enfermo pero nunca esperas que vaya a llegar este momento, cuando ocurre, es cuando te das cuenta de que has perdido a uno de tus amigos de siempre. Sientes la sensación de que empiezas a dejar atrás una parte de tu vida. Uno no puede evitar recuerdos de la escuela, de la infancia, de la adolescencia, de la juventud. Ves que todo pasa muy rápido, que no hay retorno y que solo van quedando los recuerdos. 
Carlos y yo habíamos nacido solo con unos meses de diferencia, nos tocó vivir tiempos difíciles, pero también disfrutamos de las diferentes etapas de la vida, nuestras familias eran amigas y entre nosotros también existió siempre una buena amistad. Si había un sitio donde encontrarle, ese era el pedreru de Escalera que conocía como a su propia casa. Fue muy aficionado a la pesca, un gran pescador de caña y un bromista nato con mucho sentido del humor. Era difícil bajar al pedreru de Escalera y no encontrar a Carlos pescando pulpos, llámpares, sarrianos o lubinas y soltando sus parrafadas y sus historias cargadas de gracia. A pesar de la enfermedad, cada vez que le veía, siempre recordaba y me preguntaba por Escalera y les llámpares. 
Como decía al principio, todas estas cosas no volverán, hoy siento mi estado de ánimo bajo por la falta de este amigo y vecino. 
Julián Caicoya