La iglesia de Quintes se quedó pequeña para acoger a tantos amigos que acudieron a testimoniar su afecto
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| Coches con flores para Almudena |
A las cinco de la tarde dos coches fúnebres repletos de flores aparcaban delante de la iglesia parroquial. La Hermandad y Cofradía de los Estudiantes de Oviedo, a la que la niña pertenecía, fueron los encargados de introducir a hombros el féretro en la iglesia.
Almudena Torres fue una niña luchadora hasta el último momento, alegre y con muchos amigos en el colegio de la Asunción donde estudiaba y en Quintes donde residía, pero al final no pudo con la leucemia, enfermedad que le había sido diagnosticada hace ya un tiempo. Últimamente su mayor ilusión, cuando la enfermedad se lo permitía, era bailar con Les Xanines, o reunirse y divertirse con sus amigas y amigos de Quintes y Quintueles.
Por ese carácter extravertido y su forma de ser era muy querida por todos y su fallecimiento cayó como una losa entre los que la conocían.
El funeral por el eterno descanso de la niña fue oficiado por el vicario Alberto Reigada y dos sacerdotes más. En la homilía destacó el comportamiento ejemplar de la niña antes y después de la enfermedad, el reconocimiento en la lucha que mantuvo Almudena por la vida, así como el deseo de fortaleza necesaria y condolencia para los padres.
Su familia, amigos, vecinos, compañeros, profesores, religiosas del colegio de la Asunción y amigos de Quintes y Quintueles, la despidieron aportando muchas flores y demostrando el cariño que le tenían.
Fue sobrecogedor ver a tantos jóvenes afectados por la perdida de su amiga, pero especialmente emotivo fue el momento en que Andrea, Deniss, Celia y Ruth, cuatro amigas intimas de Almudena, pronunciaron unas palabras de vivencias y complicidades en común.
Desde estas líneas queremos enviar nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de Almudena por tan dolorosa pérdida, que también sentimos nosotros.
D. E. P.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Te fuiste muy pronto
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| Almudena y Andrea |
Llegaste hace tres años sin hacer ruido y pronto te convertiste en una más dentro de este pequeño pueblo. Eras una más en juegos, una más en risas y complicidades. En enero nos dijeron que estabas malina pero entre ida y vuelta a Madrid siempre encontrabas hueco para estar con tus amigas de Quintes. Niñas que disfrutaron de tu compañía y hoy lloran tu ausencia. Han sufrido los vaivenes de tu dolorosa enfermedad estando siempre a tu lado porque ante todo eras una amiga. Una buena amiga.
Mamá se afanaba estos días en prepararte el traje de asturiana para que bailases con tu grupo Les Xanines. A pesar de tu debilidad insistías en subir al escenario y ponerte a las órdenes de Marivi. Disfrutabas tanto con eso que nadie podía negártelo. Hoy en Quintes nos toca despedir a un angelín y nos invade la tristeza, pero sabemos que tu no nos permitirías derramar ni una sola lagrima. Almudena fuiste muy grande pero te fuiste demasiado pronto.
Nunca te olvidaremos.
Les Xanines y Vecinos de Quintes
