31 agosto 2009

Un tomate en boca de todos


La tomatera de Aquilino Menéndez ha dado un fruto de más de dos kilos que se ha convertido en la estrella de las tertulias de Quintes
31.08.2009 -
LUIS CASO - VILLAVICIOSA
Un hombre y su tomate han roto la dinámica de la comarca mariña. «¿Lo has visto ya?». «¿Crees que habrá más?». Mientras en otros lugares hoy se hablará de fútbol, del tiempo o del final de las vacaciones, en Villaviciosa el debate se ha desatado sobre tamaños y sucesos extraordinarios.
La culpa del asunto la tiene Aquilino Menéndez Muñiz, alias 'Quilino, el de La Rasuca', en referencia al barrio de Quintueles, donde nació y creció. Dice su currículum que es hijo de agricultores, y que de tanto verles arar, acabó cultivando un sincero fastidio por las labores de campo. El caso es que el protagonista de esta historia tiene ahora el tiempo de los prejubilados, ese que agota si no se hace algo con él. La empresa gijonesa Samoa Industrial a la que consagró su vida laboral no le aporta ya ocupación. ¿Qué hacer entonces con tantas horas?
Dicen que volver a los orígenes no es dar un paso atrás. Quizás pensando en ello, 'Quilino el de La Rasuca' optó por meter de nuevo las manos en la tierra. Como antes sus padres. Se fue a la finca que en Quintes tiene su suegro y empezó a sembrar aquí y allá.
Hablaba del asunto con la gente y así fue recibiendo respuesta en forma de semillas. «Un conocido de Deva me trajo una grana de tomates», recuerda. Fue la semilla de la sorpresa. De la planta, le empezó a brotar uno diferente, único, raro. La tomatera daba frutos de un tamaño totalmente anormal. Uno, el mayor, alcanzaba los dos kilos 150 gramos. Otro se quedaba en el kilo y medio. El más pequeño pasaba de los 700 gramos, más de lo que pesan algunos bebés al nacer. Quilino, lo comentó en la sidrería-restaurante Casa Kilo, en Quintes, y varios dudaron de la historia. Para demostrar sus palabras, aceptó la invitación de la dueña, Tere, y llevó uno de sus frutos al lugar, para que todo el mundo comprobara sus palabras. Ahí sigue la pieza, en boca de todos.